Los proyectos Lar Digno (Guaraciaba do Norte, Ceará) y Casas comunitarias (Lábrea, Amazonas) surgieron para dar respuesta a una de las necesidades prioritarias de toda familia: un hogar digno. Más allá de una construcción, la “casa” es el lugar de descanso, de compartir todo con quien se ama, de intimidad, de crecimiento y desarrollo de la persona. En el caso de Guaraciaba, muchas familias campesinas han vivido tradicionalmente en casas de adobe y palos, el hábitat natural del insecto transmisor del “Mal de Chagas”.Estas infraviviendas además les ataban de por vida a sus empleadores, dueños de los latifundios, que aún les cobraban por vivir en ellas.
Desde 2005, los Agustinos Recoletos promueven el programa Lar (hogar) Digno. Se han entregado en usufructo más de 600 casas de ladrillo, eliminando de una vez la enfermedad y la dependencia económica. En el caso de Lábrea, ha sido la migración rural desde el interior de la selva hasta las zonas urbanas de los municipios lo que ha creado bolsas imensas de chabolismo. Con el proyecto se han entregado ya 150 casas. En la foto puede verse el barrio de Terra solidária. En ambos casos, además del bien material “casa” se han ofrecido servicios sociales integrales, especialmente a ancianos y niños.
REFLEXIÓN
«Profecía de la vida cotidiana. Enseñemos desde la experiencia, a “volver al corazón” (san Agustín). De poco sirve el Proyecto de vida y misión, si se queda en el papel y no llega al corazón de cada uno de nosotros: a mi vida personal y comunitaria, a mi oración, a mi trabajo y al servicio pastoral de cada día. No olvidemos la profecía de la vida cotidiana, lo sencillo de cada día» (Proyecto de Vida y Misión, I).
Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. (Sal 126, 1)