Cuando el gobierno mexicano decidió que la gente debía confinarse en sus hogares, para hacer frente a la pandemia del coronavirus, miles de familias quedaron sin trabajo y, por tanto, sin ingresos. El hambre no entiende de cuarentenas. De ahí que las hermanas misioneras agustinas recoletas, junto con el párroco, Fr. Manuel Antonio Flores, que retransmitía la eucaristía por Facebook, animaran a los participantes a colaborar para ayudar a más desfavorecidos, ante la situación derivada del coronavirus en Querétaro, estado de Chihuahua.
Esta acción solidaria se ha denominado “Unidos por una despensa”. Gracias a esta iniciativa, no solo se ha atendido a los habituales que acuden a Cáritas, sino a cientos de afectados por la crisis económica. De este modo, ha sido posible entregar alimentos a las personas mayores con dificultades para salir de sus domicilios. La ayuda incluía, además de alimentos, productos de higiene y otros artículos de primera necesidad.
Una labor similar se está realizando en Las Vías, al norte de la Ciudad de México, adonde llegan familias buscando un futuro mejor, y terminan malviviendo; o en Totalapan, donde se ayuda especialmente a familias con alguno de sus con parálisis cerebral.
Oración
Dios de la infinita misericordia, que das cuanto se te pide, enséñame a darlo todo, incluso a darme a mí mismo. Que pueda llevarte a todos los hombres para que así, ellos te conozcan. No permitas que me quede estancado en mi comodidad, sino más bien, que pueda salir al encuentro de los demás. Que pueda ver tu rostro a través de ellos y ellos verlo a través de mí. Señor, dame y manda cuanto me pides y déjame servir contigo hasta el final. Amén.